Al igual que en pasadas ediciones, las categorías fueron dos: 11-12 y 13 años por un lado; y 14 -15 y 16 años por otro. Para garantizar un mínimo de dos partidos, los competidores se repartieron en grupos, clasificándose para las rondas finales los primeros de cada uno de ellos.
En la categoría de los más jóvenes, se repetía la final de la última edición con Alberto Mejía y Nicolás Pérez, con sabor a revancha ya que se habían enfrentado este año en la fase de grupos llevándose la victoria el jugador de la villa de Campoamor. Finalmente, y tras varias ediciones persiguiendo el preciado trofeo, este año Alberto conseguía alzarse con la victoria tras un segundo set agónico y manteniendo en vilo a los familiares de ambos jugadores hasta el último punto. El resultado es lo de menos, lo más destacado fue la entrega y pundonor de ambos jugadores.
A la final de los “mayores” llegaron dos jugadores foráneos aunque con raíces ribereñas, Francisco Castro de Lugo y Rafael González de Madrid. El primer set fue un monólogo del jugador madrileño que se lo llevó “de calle” por 6-2. Tras este primer arreón, el jugador lucense se asentó en la pista y plantó cara al empuje de Rafael que poco a poco fue perdiendo su sitio en la pista a favor de Francisco que cerró el partido con dos sets impecables 6-2 y 6-0.
Para finalizar se realizó la entrega de trofeos a los ganadores en presencia de numerosos familiares y amigos que recuperaban el pulso normal tras presenciar los partidos hechos un manojo de nervios.